Edificados sobre Roca.

Querida familia parroquial,

Una antigua oración litúrgica reza así:

“Que tu gracia, Señor, inspire, sostenga y acompañe, nuestras obras; para que todo nuestro trabajo brote de ti, como de su fuente, y tienda a ti, como a su fin.”

Cuanto me gustaría que esto se viviera en nuestra parroquia. Por eso quiero invitaros a participar en alguno de los ratos que tenemos de ADORACIÓN en la parroquia. Es un lujo, que no es solo para unos privilegiados, sino abierto a todos. Los jueves eucarísticos de 8-9; la adoración de los Domingos de 7-7´45; la Adoración Nocturna, cada último viernes de mes…son una fuente de renovación y vida para la parroquia, y para cada uno de nosotros. Fuente y meta de nuestros trabajos.

Es mucha la vida que va despertándose en la parroquia después del letargo estival. La catequesis arrancaba esta pasada semana con algunos grupos y estará al 100% en la primera semana de octubre. Comunión, continuada, confirmación, jóvenes (con un ambicioso proyecto para el futuro)…escuela de padres. También nuestros tres coros: el de niños, jóvenes y mayores va tomando forma. Si Dios te ha dado talento musical, no lo dudes y anímate a ponerlo al servicio de Dios y de los hermanos.

Hay un numeroso grupo de cáritas que cuidan del la recogida y reparto de alimentos, así como del puesto de Comercio Justo. Los grupos de limpieza, tan importantes para que nos sintamos agusto en esta nuestra casa van reforzándose con nuevas incorporaciones… pero todavía queda algún hueco. Así que si tienes brazos y algo de tiempo, eres bienvenido. En un plazo breve anunciaremos la creación de un nuevo grupo para el estudio y oración con la Biblia. Este nuevo curso también ha visto el nacimiento de un Foro, que en próximas fechas nos invitará a salir de nuestros muros parroquiales al encuentro de nuestros vecinos. No me olvido de la familia Scout Doniantzu, cada vez más numerosa y que el próximo 1 de octubre reemprende su andadura.

Como veis, es mucha la vida parroquial y seguro que es mucho más lo que no se ve. Estoy convencido que toda esta vida sale del impulso de la oración, de la intimidad con el Señor, de un modo especial de la fuerza de la eucaristía. Por eso como párroco os exhorto a que edifiquemos sobre roca, y ya no solo nuestra vida parroquial, también la familiar y personal. Que podamos sacar un rato semanal para estar con Él. Nunca es tiempo perdido.

Que Dios os bendiga, feliz semana+