domingo VII TO

EL Papa Francisco a los catequistas: sean catequistas con vocación

Este fin de semana se ha celebrado en nuestra diócesis el día del catequista bajo el lema “TESTIGOS DEL MISTERIO”. Ha sido una llamada a SER CATEQUISTAS desde la experiencia personal de encuentro con el Señor, que es la que pone fuerza a nuestras palabras y a toda nuestra labor catequética.

Con estas líneas queremos dar las gracias a todos los catequistas de la parroquia por su labor y compromiso semanal con nuestros niños y jóvenes. En el marco de esta gozosa celebración recordamos el mensaje que el Papa Francisco dedicó en septiembre de 2018 a los catequistas que participaron en un congreso internacional organizado por Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización.

Ser catequistas de vocación. Ser catequista, esta es la vocación, no trabajar de catequista. Presten atención, no he dicho hacer de catequista, sino serlo, porque involucra la vida. Lleva al encuentro con Jesús con las palabras y con la vida, con el testimonio”. “¡Qué beneficioso sería para la Iglesia que nuestras catequesis se basaran en captar y vivir la presencia de Cristo que actúa y obra salvación, permitiendo que experimentemos incluso ahora la belleza de la vida de comunión con el misterio de Dios el Padre, Hijo y Espíritu Santo!

El catequista da el primer anuncio. Piensénlo bien: en este mundo, en esta área de tanta indiferencia, vuestra palabra siempre será un primer anuncio, que llega a tocar el corazón y la mente de muchas personas que están a la espera de encontrar a Cristo. Incluso sin saberlo, pero lo están esperando. Y cuando digo el primer anuncio no lo digo solo en el sentido temporal. Por supuesto, esto es importante, pero no siempre es así. ¡El primer anuncio equivale a subrayar que Jesucristo muerto y resucitado por el amor del Padre, da su perdón a todos sin distinción de personas, si tan solo abren sus corazones para dejarse convertir! A menudo no percibimos el poder de la gracia que, a través de nuestras palabras, llega profundamente a nuestros interlocutores y los moldea para que puedan descubrir el amor de Dios.