EL DIABLO… aparece en el evangelio de este Domingo, es vencido por Jesucristo. El diablo del que habla a menudo el papa Francisco en sus homilías y catequesis es un germen presente en la sociedad que extiende las semillas de la cizaña y trata de dividir a las personas. Un ser que trata continuamente de hacernos caer en tentación. El diablo suele decir el Papa Francisco, es un ladrón de esperanza, es hábil y seduce peligrosamente, por eso no hay que dialogar con él, nos tienta con la mundanidad, con la adulación…. El diablo entre otras cosas es:
Portador de amargura
“Como nos ha recordado tantas veces el papa Benedicto XVI en sus enseñanzas, y al final con ese gesto valeroso y humilde, es Cristo quien guía a la Iglesia por medio de su Espíritu. El Espíritu Santo es el alma de la Iglesia, con su fuerza vivificadora y unificadora: de muchos, hace un solo cuerpo, el Cuerpo místico de Cristo. Nunca nos dejemos vencer por el pesimismo, por esa amargura que el diablo nos ofrece cada día; no caigamos en el pesimismo y el desánimo: tengamos la firme convicción de que, con su aliento poderoso, el Espíritu Santo da a la Iglesia el valor de perseverar y también de buscar nuevos métodos de evangelización, para llevar el Evangelio hasta los extremos confines de la tierra (cf. Hch 1,8)”. Papa Francisco, Audiencia a todos los cardenales, 15 de marzo de 2013.
Propagador de habladurías y cizaña
“Os pido [a la Gendarmería vaticana] no solo defender las puertas, las ventanas del Vaticano –un trabajo necesario e importante– sino defender como vuestro patrón san Miguel las puertas del corazón de quien trabaja en Vaticano, donde la tentación ‘entra’ exactamente como en todas partes. Pero hay una tentación, (…) una tentación que le gusta mucho al diablo: la de contra la unidad, cuando las trampas van precisamente contra la unidad de los que viven y trabajan en el Vaticano. Y el diablo intenta crear una guerra interna, una especie de guerra civil y espiritual ¿no? Y es una guerra que no se hace con las armas que nosotros conocemos: se hace con la lengua”. Papa Francisco, Homilía para la Gendarmería vaticana, 28 de septiembre de 2013