EL BAUTISMO, FUNDAMENTO DE NUESTRA VIDA CRISTIANA

Somos cristianos en la medida en que permitimos que Jesucristo viva en nosotros. ¿desde dónde podemos comenzar a reavivar esta conciencia si no es desde el principio, desde el Sacramento que ha encendido la vida cristiana en nosotros?

· El bautismo es la puerta que permite a Cristo el Señor tomar morada en nuestra persona y a nosotros sumergirnos en su Misterio.

· En virtud del Espíritu Santo, el bautismo nos sumerge en la muerte y resurrección del Señor, ahogando en la pila bautismal al hombre viejo, dominado por el pecado que separa de Dios y dando vida al hombre nuevo, recreado en Jesús.

· El bautismo es, un signo eficaz de renacimiento, para caminar en una nueva vida (Rom 6: 3-4).

· Al sumergirnos en Cristo, el Bautismo también nos hace miembros de su Cuerpo, que es la Iglesia, y partícipes de su misión en el mundo . Permite a Cristo vivir en nosotros y a nosotros vivir unidos a él, para colaborar en la Iglesia, cada uno según su condición, en la transformación del mundo.

· Cuando bautizamos a un niño, en ese niño entra el Espíritu Santo y el Espíritu Santo hace que crezcan en ese niño, desde pequeño, virtudes cristianas que florecerán después. Siempre hay que dar a todos esta oportunidad , a todos los niños, la de tener dentro al Espíritu Santo que los guíe durante la vida. ¡No os olvidéis de bautizar a los niños!

· Las promesas bautismales que renovamos cada año en la Vigilia Pascual deben ser reavivadas todos los días para que el Bautismo "cristifique": no hay que tener miedo de esta palabra: el bautismo nos “cristifica”, quien ha recibido el bautismo y es “cristificado” se asemeja a Cristo, se transforma en Cristo y se hace de verdad otro Cristo.

Papa Francisco.